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¿Qué coche sostenible me compro?

El mercado automovilístico se dirige de forma evidente hacia el coche sostenible. Sin embargo, las diferentes tecnologías disponibles todavía plantean algunas dudas sobre cuál resulta la más idónea: coches eléctricos, híbridos, de hidrógeno… E incluso hay quien sigue recomendando los motores de gasolina. En este artículo vamos a ayudarte a conocer mejor las características de cada opción.

Principales opciones actuales de coche sostenible

Podemos dividir las tecnologías actuales en tres grandes grupos que vamos a detallarte a continuación.

Coches eléctricos

Estos vehículos se han convertido en los últimos años en los abanderados de la movilidad sostenible. La autonomía de las baterías y su tiempo de carga son su talón de Aquiles. No obstante, los fabricantes no paran de innovar en este aspecto. Cada vez es más posible encontrar modelos con una mayor capacidad, que ofrecen una autonomía más elevada, reduciendo el consumo y aumentando la energía que pueden almacenar.

Además, la carga rápida ha llegado para quedarse. Tesla fue el primer fabricante que apostó por la carga en viajes con sus Superchargers y el resto de las marcas se han ido adaptando a toda velocidad.

Por otro lado, cualquier coche eléctrico te permitirá entrar al centro de cualquier gran ciudad sin restricciones. A pesar de su peso, los motores eléctricos dotan a estos turismos de una gran agilidad, haciendo que puedas circular entre el tráfico de un modo muy seguro. Sus ventas aumentan año a año, aunque aún falta para que alcancen el liderazgo.

Vehículos híbridos

Hace ya dos décadas, Toyota se lanzó de lleno al mercado del coche sostenible con la primera generación del Prius, uno de sus modelos más exitosos. La tecnología ha evolucionado mucho, con opciones convencionales como aquel Toyota y también con versiones enchufables, cuyo funcionamiento es idéntico al de cualquier eléctrico.

Los híbridos no enchufables requieren del motor de combustión y de su sistema de regeneración para generar la energía eléctrica. Esto hace que sigan contaminando demasiado y que tengas que depender necesariamente de la gasolina. No obstante, cuentan con la etiqueta ECO de la DGT y su consumo es menor que el de otros coches sin la asistencia eléctrica.

Los híbridos enchufables, por otro lado, tienen todas las ventajas de un vehículo eléctrico. Disponen de etiqueta «0 emisiones» (si su autonomía es superior a 50 km) y no pecan de falta de autonomía, puesto que pueden emplear su motor de combustión para viajes largos. La parte negativa es que siguen necesitando el mismo mantenimiento que cualquier otro coche de gasolina, con sus cambios de aceite, sus revisiones del motor, etc.

Pila de combustible de hidrógeno

Utilizar el hidrógeno como combustible no es algo nuevo. Sin embargo, las empresas automovilísticas se están tomando con calma su introducción al mercado. Su mayor hándicap es su elevado precio, superior a las alternativas eléctricas. Además, los puntos de repostaje todavía son muy limitados. Hay varias comunidades autónomas sin ninguna hidrogenera. Esto hace difícil que puedas elegir un coche hoy que funcione con hidrógeno.

Sin embargo, el futuro es esperanzador. Estos vehículos ofrecen una autonomía similar a las de cualquier coche con motor de combustión. También disfrutan de la etiqueta «0 emisiones» de la DGT y cada vez hay más prototipos saliendo a la luz. Por tanto, poco a poco irán viéndose por las carreteras. Además, al igual que ocurría con los coches eléctricos, los motores de pila de hidrógeno son muy sencillos y su mantenimiento es mínimo.

Vehículos de gas

El gas licuado del petróleo es una alternativa barata y más sostenible que la gasolina. Algunos fabricantes, como Dacia, siguen apostando por estos motores que llevan tiempo demostrando su fiabilidad. Los coches que funcionan con GLP tienen la etiqueta ECO. Lo mismo ocurre con los que funcionan con GNC, como los Seat.

En ambos casos la autonomía es un poco más baja que la de un coche de gasolina, pero con la ventaja de poder usar este otro combustible si el gas se ha acabado, ya que disponen de dos depósitos. Ambas opciones dan como resultado un coche sostenible económico y válido para ser usado tanto en la ciudad como en carretera. El único punto negativo es que su potencia cuando funcionan con gas es más reducida que empleando gasolina sin plomo.

En qué coche sostenible deberías invertir actualmente

La decisión final tiene mucho que ver con tus necesidades particulares. Si lo que buscas es un vehículo que pueda llevarte de un modo económico a tu destino, sin duda, las versiones eléctricas se pueden amortizar muy rápidamente. Hay coches de pequeño tamaño que son perfectos para que te muevas por la ciudad y también existen grandes berlinas para viajes de larga distancia. Sin embargo, en este aspecto, los coches de hidrógeno son los claros ganadores.

Además de no necesitar un motor de combustión, son capaces de ofrecerte una autonomía similar a la de cualquier coche diésel o gasolina. Todo ello sin contaminar por el camino. Además, a la hora de repostar, podrás acudir a una hidrogenera y llevar a cabo una operación de repostaje normal, con paradas de unos pocos minutos.

Los coches híbridos, por otra parte, son una buena alternativa si tu presupuesto es más ajustado, ya que tampoco limitarán el rango de tus viajes. No obstante, el precio de los combustibles fósiles, junto a las restricciones paulatinas a las que se irán enfrentando, hace que sean una opción con menor perspectiva de futuro.

Sin duda, con las ayudas que ofrece el Estado, los coches eléctricos tienen la mejor relación entre coste y precio por kilómetro. Con las tarifas eléctricas especiales para estos vehículos, el coste de una recarga doméstica es muy reducido. Su mantenimiento, al contar con un menor número de piezas de desgaste, también supone un menor gasto a largo plazo. Por tanto, considerando todos los pros y contras, la movilidad sostenible pasa necesariamente por una transición al vehículo eléctrico.

Como ves, a la hora de tomar la mejor decisión sobre un coche sostenible, factores como el precio de compra y la autonomía son razones de peso para elegir una u otra alternativa.

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