¿Por qué el precio del kWh en España no para de subir?
Causas de la subida del precio del kWh
El aumento de la demanda de los usuarios, el encarecimiento del gas provocado por diferentes cuestiones geopolíticas, y la subida del precio de las emisiones de CO2 son los principales motivos que explican por qué ha subido el precio de la luz de manera exorbitada en los últimos meses.
Sin embargo, hay algunos de estos factores que tienen más peso que otros. Además, hay que entender que no solo provocan que suba el precio de la luz en España, sino en el resto de Europa.
Entre los motivos más importantes del porqué de la subida de la luz se encuentran:
- Coste de las materias primas, como el gas: el aumento en el precio del gas natural, uno de los combustibles fósiles más usados para generar energía, incrementa el precio de la luz. Esto es así porque las centrales generadoras tendrán unos mayores costes a la hora de producir electricidad, costes que luego repercuten en el precio de esa electricidad en el mercado mayorista. En la actualidad, la guerra de Rusia y Ucrania está dejando unos precios desorbitados del gas. El TTF holandés (el mercado gasista de referencia europeo) ha llegado a marcar máximos de hasta 320 euros/MWh, algo histórico. En el caso del mercado español, el MIBGAS llega a registrar precios de futuros de hasta 117 euros de media en el mes de mayo. Esto ha provocado que el precio de la luz supere los 500 euros/MWh, alcanzando un récord de 544,98 euros el pasado 8 de marzo.
- La demanda de los consumidores: cuando hay cambios bruscos de temperaturas, ya sea subidas o bajadas, el uso de la electricidad en aparatos como el aire acondicionado o la calefacción se ve incrementado. Por lo tanto, el consumo se dispara y, para hacer frente a esta demanda, las distribuidoras de energía también deben generar más electricidad, por lo que sus costes de producción se ven aumentados. Pero este aumento de la demanda no solo puede verse en épocas puntuales como las olas de calor o de frío, sino también en el mismo día: a partir de las 20:00 horas, la demanda de electricidad suele ser superior, por lo que estas horas suelen ser más caras que las horas de la madrugada.
- Coste de las emisiones por CO2: es lo que pagan las centrales eléctricas de gas y carbón para poder contaminar. Al subir su precio, las generadoras tienen que hacer frente a más gastos para poder producir energía. Las emisiones de CO2, al igual que el precio del gas, han estado marcando récords en los últimos meses. En febrero de este año, se han alcanzado los 90 euros por tonelada, y la media de 2022 se sitúa en los 85 euros.
- El peso de las renovables en el precio final: la contribución de las energías renovables –que son las más baratas- para producir electricidad suele ser menor que la de los combustibles fósiles. Esto se debe al funcionamiento del mercado regulado de la luz: como estas ofertas son las primeras en entrar en el sistema de fijación de precios, no tienen mucha presencia a la hora de determinar el precio final. La ausencia de lluvia o de viento hace que las comercializadoras que usan este tipo de energía puedan hacer frente a menos demanda, por lo que su peso a la hora de fijar el precio será menor.
El aumento del precio de la energía es especialmente grave a día de hoy si tenemos en cuenta que 2021 ha sido el año con el precio del kilovatio-hora (kWh) más caro de la historia: en los últimos doce meses el precio de la electricidad en España ha aumentado un 49,05% y en diciembre se alcanzó el máximo de 0,2816€/kWh. Además, si comparamos el precio de la electricidad con impuestos y sin impuestos vemos que, en el último periodo, los hogares pagaron 0,0938€ de impuestos por cada kilovatio hora, lo que significa que un 33,31% de lo que pagan los hogares por la electricidad son impuestos.
Por qué sube el precio de la luz: así funciona el mercado eléctrico
Más allá de estos factores, para entender por qué sube la luz, es necesario conocer cómo funciona el mercado regulado. Los precios de la electricidad se fijan a través de una subasta que se celebra cada día en la que las empresas generadoras de energía lanzan sus ofertas para cada una de las horas del día siguiente.
En este proceso, las ofertas de las compañías se casan con la demanda de las comercializadoras y consumidores. Las ofertas se ordenan de las más baratas (que suelen ser las de las distribuidoras que usan energías renovables) a las más caras (las de aquellas que utilizan gas natural o carbón) y el precio de la última oferta que resulta adjudicada es la que marca el llamado precio marginal. Este precio será el que reciban todas las generadoras y paguen todos los compradores que han resultado adjudicados en esa hora.
Precios actuales del kWh
El valor del kWh está dividido por horas y por diferentes tipos de contratos realizados con las comercializadoras de energía eléctrica. Están distribuidas de la siguiente manera:
- La tarifa general a lo largo de las 24 horas oscila entre 0.27693 €/kWh hasta 0.35818 €/kWh.
- La nocturna entre 0.09672 €/kWh hasta 0.09638 €/kWh.
- Las tarifas para vehículos eléctricos oscilarán entre 0.10285 €/kWh hasta 0.10249 €/kWh.
Es importante realizar las comparaciones de las ofertas hechas por las comercializadoras, tomando en cuenta siempre cuál es la capacidad energética necesaria para que todos tus equipos funcionen correctamente.
¿Seguirá subiendo el precio en la energía eléctrica?
La cantidad de gas en Europa no está en su máximo. Con la recuperación de la actividad tras la pandemia, la demanda continúa en aumento, mientras que la situación de Rusia está provocando fuertes restricciones en el comercio. Además, en los Estados Unidos van disminuyendo los metaneros con gas natural licuado.
Según los datos ofrecidos por el operador ibérico, los precios del gas continuarán en más de 60 euros. A mayor uso de gas, mayor la emisión del CO₂, por lo que el coste de este también va en aumento y repercute en las facturas eléctricas.
Para aligerar la carga económica de los usuarios, el Gobierno ha aprobado dos medidas fundamentales: la limitación del precio del gas y la ampliación de los beneficiarios del bono social eléctrico.
En cuanto a la limitación del precio del gas y su peso en el mercado eléctrico, el Gobierno ya ha lanzado su propuesta a la espera de la aprobación de la Comisión Europea, la cual consiste en un doble sistema de casación de precios:
- Por un lado, se fijará un precio a partir de las normas del mercado internacional, sin limitar el precio de las centrales de combustibles fósiles (como el gas y el carbón).
- Por otro, un precio para la tarifa regulada (PVPC) que ya sí tenga esa limitación en el precio del gas. España, conjuntamente con Portugal propone una limitación del gas en las centrales de generación eléctrica (ciclos combinados y cogeneración) a un precio de 30 euros/MWh, hasta final de año. Esto supondría que el precio de la electricidad en el mercado mayorista no sobrepasara los 120/130 euros/MWh, algo muy por debajo de los precios actuales, que superan los 200 euros/MWh. De momento, hay que esperar a la decisión europea para saber si acepta o no este límite.
Por su parte, se ampliará el número de beneficiarios del bono social en 600.000 consumidores más. Este bono permite que los consumidores más vulnerables puedan optar a un descuento en sus facturas de entre el 60 y el 70%. Para conseguir esta ampliación, el Gobierno elevará el umbral de las rentas que puedan percibir el bono en hasta 0,3 veces el IPREM por adulto y 0,5 veces el IPREM por niño. Además, los que ya reciben el Ingreso Mínimo Vital también se beneficiarán automáticamente del bono social.
Estas dos medidas se unen a las rebajas fiscales que ya aprobó el Gobierno en el verano pasado y que se han prorrogado hasta el próximo 30 de junio: la rebaja del IVA del 21 al 10%, la reducción del IVPEE del 0 al 7% y la rebaja del impuesto a la electricidad del 5,11% al 0,5%. Además, también se ha acordado con las plantas de renovables que se adelante el pago de la retribución extra conseguida por el aumento del precio del gas, que se hará este año en lugar de 2023. Esto permitirá embolsar 1.800 millones de euros, que el Gobierno destinará a la reducción de la parte fija de la factura.
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