¿Cuáles son las fases del desarrollo de un proyecto de energía renovable?

Estos procedimientos pueden demorarse varios años, y con la publicación del Real Decreto 23/2020, desde la administración se pretenden agilizar estos plazos. Para ello han fijado la necesidad de cumplimiento de los siguientes hitos en la fase de desarrollo, y se exige la obtención de la Autorización Administrativa de Explotación Definitiva en un plazo menor a 5 años.

Los plazos varían según la tecnología que quieras usar. La fotovoltaica, por ejemplo, requiere que solicites el punto de acceso a la compañía eléctrica. Por su parte, la eólica necesita que previamente a la solicitud del punto de conexión efectúes mediciones de viento, viabilidad de implantación de los aerogeneradores en el terreno, etc.

Los equipos técnicos y los análisis de viabilidad son los que van marcando el progreso del proyecto. De esta forma, a medida que vayas avanzando, podrás buscar financiación y pedir presupuestos a suministradores de equipos y al resto de participantes.

Respecto a la financiación, puedes recurrir a las entidades financieras y buscar otros accionistas. En Fundeen, estamos especializados en la inversión en renovables y por ello, contamos con un equipo experimentado en el análisis financiero de oportunidades de este tipo de proyectos. Estan son las tres las vías que hemos implementado:

1. Financiación por concepto de capital social. Esta modalidad es idónea para proyectos de autoconsumo, mixtos o de vertido a red y dividendo privilegiado con recompra para otros de duración breve.
2. Financiación por deuda. Ofrecemos deuda sénior sin recurso o con recurso limitado y deuda subordinada júnior. Es en esta opción donde somos más atractivos con un producto a 12 o 15 años.
3. Soluciones de participación local. Normalmente, a los promotores se les exige financiar parte de los proyectos con inversión local.

La fase de desarrollo suele acabar formalmente con la admisión del proyecto en el Registro de Preasignación de Retribución del Régimen Especial. Lo que te piden para hacerlo es lo que debe guiar toda tu actividad en esta fase.

Fase de construcción

Se divide en varias subfases:

1. Diseño. Es cierto que el diseño se define en la fase anterior. Aun así, aquí se afina y se corrige. Su objetivo es el desarrollo de detalles según las circunstancias y los requisitos de la propiedad. Por ello, es imprescindible contar ya con el contratista, la financiación, los proveedores de equipos, etc. Por otro lado, tienes que definir las garantías de los equipos, sus rendimientos, precio final, plazos, etc., y cómo se van a instrumentalizar. Es un trabajo muy delicado y complicado que requiere tiempo.
2. Ejecución. Implica la construcción y montaje de la planta. Incluye toda la obra civil, desde la optimización del terreno y diseño de suministros básicos hasta la conexión con la red eléctrica de distribución, el transporte, etc. Acaba con el certificado que avala que se ha ejecutado según lo previsto y se documentan las modificaciones. Cada vez con más frecuencia se recurre al contrato EPC (Engineering, Procurement and Construction), conocido comúnmente como «llave en mano». Así, tienes un único agente que se encarga de todo hasta dejarla preparada para operar. Vinculado con este tipo de contrato, puede aparejarse otro de mantenimiento, tanto preventivo como correctivo.
3. Puesta en marcha. En esta subfase, ya está construida la planta y es el momento de pedir todas las autorizaciones para conectarla a la red pública. Algunas de ellas son el acta de puesta en servicio, su incorporación en el Registro de Instalaciones del Régimen Especial o los contratos con la compañía eléctrica.

En la fase de construcción, se efectúan numerosos controles o monitoreos. Son los que van a permitir certificar que la planta se está ejecutando según lo pactado. Te mostramos dos de los más importantes:

1. CAP o certificado de aceptación provisional. Se traspasa la titularidad de la planta del vendedor al comprador. De tal forma, se liberan las garantías de la construcción.
2. CAD o certificado de aceptación definitivo. Se liberan las garantías del funcionamiento y del rendimiento del sistema por parte de la empresa que llevó a cabo la construcción o el contrato EPC.

Fase de operación

Es el periodo de tiempo en el que se explota la planta. En otras palabras, es el tiempo en el que se produce la energía y se alcanzan los objetivos medioambientales, económicos y sociales que te habías planteado.

Esta es la fase en la cual el proyecto empieza a generar ingresos para sus accionistas. A partir del mes 6 de la entrada en operación de una planta, puede esperarse recibir el primer dividendo a cuenta. No obstante, como en toda inversión, pueden surgir contratiempos en la operación o costes sobrevenidos que retrasen ese primer dividendo.

La parte positiva de invertir en una planta de generación de energía es que tiene un modelo económico muy sano, ya que los ingresos suelen ser 3-4 veces superiores a los gastos, por lo que tienes que ver sustancialmente comprometidos tus ingresos antes de tener problemas de caja.

La duración va a variar de una tecnología a otra y viene establecida en el Real Decreto 661/2007, aunque todo dependerá de la vida útil del sistema. No te van a cerrar tu instalación si sigue funcionando correctamente. A modo de orientación, esta norma establece 15 años para la biomasa, 29 para la eólica y la geotérmica y 25 para la solar y la hidráulica.

Fase de desmantelamiento

La última fase implicaría la restitución del emplazamiento a su estado original antes de construir la instalación. No se considera un proceso complejo ni tampoco caro.