¿Cuál es la diferencia entre TIR y TAE en una inversión o un préstamo?
Aquellos a los que nos gusta llevar a cabo inversiones rentables tenemos que dominar una serie de conceptos económicos y financieros para lograr buenos resultados. Lo mismo sucede con quienes solicitan un préstamo a fin de acertar con sus decisiones. En esta ocasión, te contamos qué es el TIR y en qué se diferencia del TAE a la hora de evaluar una inversión. Si no estás muy puesto en estos términos, coge bolígrafo y papel porque este artículo te resultará de lo más interesante y esclarecerá todas tus dudas.

¿Qué es el TIR?
Seguro que en varias ocasiones te has preguntado qué es el TIR. Debes saber que es el acrónimo de tasa interna de rentabilidad, es decir, el porcentaje de ingresos que obtienes de manera periódica gracias a una inversión que hayas realizado. Pongamos por caso una de 1000 euros, de la que obtienes 100 al año. En este ejemplo, el TIR sería de un 10 % anual.
De igual manera, este concepto se emplea en referencia a los préstamos, dado que en su cálculo intervienen costes, intereses, plazos, periodicidad de las liquidaciones o comisiones de la financiación. Gracias al TIR, equiparamos las distintas condiciones que nos ofrecen las entidades. Por lo tanto, es el parámetro que debemos utilizar para comparar varias operaciones de financiación.
Así, con el TIR conocemos el tipo de interés que podemos afrontar al contratar un préstamo para efectuar una inversión. En esta línea, sabremos si los beneficios que nos va a generar nos permitirán pagar el préstamo.
¿Qué es el TAE?
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre TIR y TAE? En el caso del TAE significa tasa anual equivalente, y debe ser calculada por las instituciones de crédito bajo la legislación del Banco de España. De tal modo, como ocurre con el TIR, podemos comparar costes de financiación entre distintas opciones, con tipos de interés, plazos, etc.
El TIR se diferencia del TAE en algunos matices. Según la operación que se lleve a cabo, hay ocasiones en que el TIR no se puede calcular. Esto ocurre, por ejemplo, en el caso de intervenciones de tipo variable, puesto que ignoramos el tipo de interés futuro que se va a aplicar en las revisiones y, por consiguiente, no podemos conocer el TIR. Sin embargo, para cuantificar el TAE, el Banco de España marca una serie de indicaciones gracias a las cuales sí es posible.
Por medio de este indicador, disponemos de un conocimiento preciso de lo que va a costarnos un préstamo. Si, por ejemplo, nos aplican un TAE del 1 % a un préstamo de 100 000, tendremos que añadir 1000 euros más al coste de partida.
Cuando barajamos varias opciones con igual plazo, podemos usar este parámetro para equipararlas. No obstante, en lo referente a las hipotecas, es recomendable considerar también otros factores, como los gastos de tasación, por ejemplo.
¿Es lo mismo TIR que TIN?
Debido a su parecido, hay quienes confunden TIN y TIR. En el caso del primero, o tipo de interés nominal, es el coste que nos supone que una entidad financiera nos preste dinero. Por decirlo de otra manera, es el precio de un préstamo o la cantidad que pagamos, por ejemplo, a una institución por el capital que nos ha cedido.
Se puede calcular cada semana, mes o año de vigencia de un préstamo, por ejemplo, para pagar una hipoteca. Es un porcentaje de la totalidad de la cuantía prestada. Es crucial conocer en qué consiste, dado que lo encontraremos en cualquier contrato de productos bancarios. Esto incluye los préstamos hipotecarios, los créditos o los depósitos.
En este sentido, hay una relación clara entre el TIN y el TAE: este se compone de variables diferentes, entre las que se encuentra el primero. A eso se suman otras como los costes de apertura, las comisiones de amortización o cancelación o los gastos propios de la operación.
¿A qué denominamos coste de la financiación?
Todos estos conceptos están relacionados con una cuestión clave para quienes desean solicitar financiación, por ejemplo, de cara a realizar una inversión. Cuando queremos elegir fuentes de financiación que no sea nuestro propio círculo de conocidos o amigos, debemos analizar bien cada movimiento.
Resulta clave evaluar aspectos como los plazos, los intereses, el importe a solicitar o el período de carencia. También tenemos que introducir en ese cálculo el plazo de devolución, el coste de la financiación y las posibles garantías a aportar.
Entonces, el coste de la financiación es el excedente que pagamos sobre la cantidad de capital que nos ha sido concedida inicialmente. La cosa se complica cuando tenemos que hacer comparativas entre varias opciones. Hay muchos factores que pueden variar y condicionar el cálculo. Por esa razón, el coste se expresa en porcentajes, para que así tengamos una referencia clara para medir.
¿Cuáles son las tasas con las que comparamos los costes de financiación?
Llegados a este punto, tenemos que decidir. La pregunta es: ¿cuál es la tasa que más nos sirve para comparar entre diferentes alternativas de financiación? La respuesta viene condicionada por los costes que van asociados a un préstamo.
Los más importantes son los intereses devengados, que se calculan con la tasa de interés nominal (TIN). Esta se aplica al capital pendiente de devolución en cada uno de los plazos que hemos acordado por contrato. Dicha tasa, como hemos indicado, se puede medir semanal, mensual o anualmente. Por lo tanto, los tiempos para pagar intereses que sean menores a un año se cuantifican con la tasa de interés efectiva (TIE). El TIN se conviene por contrato al firmar el préstamo. Por su parte, el TIE es el resultante de dividir el TIN entre las veces a pagar en un año.
En definitiva, podemos concluir que ni el TIN ni el TIE son las mejores tasas para hacer comparativas de financiación. Para ello, resulta más fiable el TAE, que incorpora los cálculos de los costes del préstamo, incluidos intereses y comisiones.
¿Cómo invertir con seguridad y rentabilidad?
Con el conocimiento de estos conceptos, vas a saber cómo invertir con seguridad y rentabilidad de una forma más sencilla. Hay objetivos que todos nos marcamos cuando decidimos poner nuestro dinero en un proyecto. Entre ellos, cómo conseguir rentabilidad de una manera regular.
Por eso si eres de los que se preguntan cómo rentabilizar el dinero, ten en cuenta todos estos datos y conocimientos. Cuando contactes con una entidad financiera, piensa que está obligada a detallarte el TAE. Sin embargo, puede que no esté siendo transparente con todos los costes asociados.
Esa es la razón por la que siempre debemos preguntar y, para ello, es necesario tener un cierto dominio de todo el proceso.
¿Cuáles son los costes asociados?
Aunque ya sabemos qué es el TIR y el TAE, y su importancia, también es crucial saber que hay costes asociados a la tramitación de un crédito. Pensemos en los gastos de notaría, abogados, registros o de tasación. Estos van a incrementar el coste final de la operación, por lo que tienen mucho que ver con la elección que hagas de entidad financiera.
No olvides que tu banco no está obligado a incluirlos en el cálculo del TAE. Quizá, la mayor complicación para conocerlo se encuentra, casualmente, en el TIR. Para calcularlo hay que llevar a cabo una fórmula de cierta dificultad. No obstante, una hoja de cálculo puede resolvernos el problema fácilmente. Esto es así si conocemos los flujos netos de caja o FNC que se derivan de la solicitud y amortización.
¿Por qué es tan importante comparar?
Como hemos visto, para decidirnos por la mejor opción de financiación tenemos que comparar. Sin embargo, en múltiples ocasiones las entidades financieras nos ofrecen la información de una manera que no resulta comparable. De ahí la relevancia de homogeneizar y resumir los datos utilizando estos parámetros de los que hemos hablado.
¿Por qué es buena idea invertir en energías renovables?
Cada día más personas se deciden a invertir en energías renovables debido a los numerosos beneficios que reporta. Además de ser un ámbito de futuro, sostenible y que contribuye a la conservación del medioambiente, tiene otras muchas ventajas.
El dinero se invierte en la construcción de instalaciones de generación de energía limpia. Por ejemplo, se impulsan parques eólicos y proyectos hidroeléctricos que aumentan la cantidad de electricidad renovable disponible. Esto se traduce en un beneficioso impacto medioambiental, pero también en la presión a la baja de los precios de la luz.
Sumado a eso, cuanta más energía generemos a partir de fuentes renovables, menos tendremos que depender de la importación de su importación. Tampoco tendremos que preocuparnos por la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles.
Otro de los factores que está atrayendo a un número creciente de inversores a este sector es la rentabilidad. Muchos de ellos incluso se deciden a pedir préstamos para invertir en renovables y hacer realidad sus propios proyectos personales o empresariales.
Ahora que ya conocemos qué es el TIR y qué es el TAE, tomar esta decisión puede resultarnos mucho más sencillo.
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